Cuando nos enfrentamos a una reforma solemos tener en cuenta muchos factores, pero, curiosamente, solemos olvidarnos de proyectar y planificar una de las herramientas más poderosas para transformar por completo cualquier espacio: la iluminación. Para que esto no vuelva a suceder te hemos preparado una guía de 8 pasos para una iluminación profesional y maximizar así toda la belleza y el potencial de tu casa.
¿Alguna vez has entrado en algún sitio y al instante te has sentido incómodo o alegre o relejado? Eso es porque el diseño de interiores está íntimamente relacionado con las emociones. En este sentido, el diseño de la iluminación tiene mucho que aportar. Es fundamental para el interiorismo porque la distribución, intensidad y color de la luz van a determinar nuestra lectura del entorno. Van a determinar cómo percibimos un espacio y cómo nos sentimos en él.
Como vemos, un buen diseño lumínico es mucho más que elegir las luminarias adecuadas: es usar el tipo correcto de luz en la posición adecuada para la función específica del espacio. Para ello, entender cómo fluyen la casa y sus habitantes es esencial para conseguir el mejor proyecto de iluminación posible. Pero, ¿cómo lo logramos?
Aunque lo mejor es acudir a un profesional, que analizará la idiosincrasia de cada espacio en concreto, con sus necesidades y particularidades, estos 8 tips te guiarán por la toma de decisiones a la hora de planificar la luz de tu casa y así conseguir una iluminación profesional.
1. PLANIFICA LA ILUMINACIÓN DE TU CASA
Para que no haya sorpresas durante la reforma, tus mejores aliados serán un flexómetro, un papel y un lápiz. Con el plano de cada espacio delante, distribuye los muebles y marca los puntos de luz que la habitación necesita, con sus respectivos enchufes e interruptores. Para ello, tendrás que tener claro el uso que le vas a dar a cada espacio. Y también dónde vas a colocar el sofá y la televisión, el sentido de la cama en el dormitorio, si vas a poner rincón de lectura en el salón, etc. Como ves el interiorismo es un todo que hay que pensar en conjunto.
Tan importante como ubicar los puntos de luz es situar los interruptores y enchufes. Para no equivocarte, paséate por el espacio, entra y sal de las habitaciones y deja que sea tu mano la que, de forma intuitiva, señale dónde tienen que ir colocados.
2. TIPOS DE ILUMINACIÓN
Hay cuatro tipos de iluminación: general, focal, de ambiente y decorativa o de acento.
General
Es la luz principal que ilumina la totalidad de un espacio en el que poder desenvolverse.
Lo primero que hay que tener en cuenta es el tamaño del espacio y la altura del techo. Para crear una iluminación uniforme con empotrables, sin sombras, hay que tener en cuenta que la separación entre ellos ha de ser, aproximadamente, la mitad de la altura del espacio. Es decir, para un techo de 2.40m de altura deberemos situar los puntos de luz separados entre ellos de 1 a 1,2 metros. Estos, a su vez, tienen que estar separados de la pared unos 50-60cm.
Igual de importante es elegir bien el ángulo de apertura del haz de luz. Con un ángulo de 120º tendremos luz general sin sombras, creando sensación de amplitud en el espacio.
Focal
La iluminación focal es aquella que se dirige a iluminar un área específica en la que suele realizarse un trabajo concreto. Es más directa e intensa.
En zonas de escritorio o lectura suelen provenir de lámparas de mesa o lámparas de pie.
En tocadores, proviene de lámparas de pared o colgantes a ambos lados del espejo.
En cocinas, puede provenir de apliques en el pared o de tiras LED bajo los muebles. En el comedor suele provenir de lámparas de techo.
Lo ideal es combinar la luz general con las luces focales necesarias para que el proyecto lumínico de la habitación quede completo.
De ambiente
Es la luz que usamos para añadir matices y texturas al conjunto decorativo. Es una forma de incluir luz para crear una atmósfera concreta sin la necesidad de que sea una luz funcional. Por lo general, dependiendo del efecto dramático que busquemos, suele ser una luz cálida, de baja intensidad, orientada en esquinas y recovecos que provoca interesantes sombras.
Este tipo de iluminación tiene especial cuidado en la elección de las luminarias ya que tiene un alto valor decorativo.
Decorativa o de acento
Es un tipo de luz directa, clara e intensa cuya finalidad es destacar algún elemento decorativo del resto, como cuadros, esculturas, plantas, detalles arquitectónicos, etc. Su haz de luz no debe superar un ángulo de 60º, para que pueda focalizarse en la pieza que queramos destacar dejando en penumbra su alrededor.
3. TEMPERATURA DEL COLOR DE LA LUZ
Ya hemos visto que cada espacio necesita un tipo adecuado de iluminación según su uso y funcionalidad. Y también hemos visto que las emociones de los seres humanos responden al ambiente lumínico. Y esto es, en parte, gracias a la temperatura del color de la luz. La elección de temperaturas de color más cálidas generarán ambientes más acogedores y relajantes, mientras que el uso de luces más frías propiciarán ambientes más motivadores y de mayor concentración.
Cálida
La luz cálida es aquella que proyecta tonos anaranjados o amarillentos. Se encuentra entre los 1000ºK y los 3.200ºK. Es la luz idónea para ambientes en los que queramos estar relajados y descansar, como dormitorios y salones, ya que nos permite relajar la vista. También es la iluminación que suelen usar los restaurantes y hoteles para crear una atmósfera íntima y confortable.
Neutra
Es la luz que más se parece a la luz natural, ya que se encuentra en un rango similar al que irradia el sol al mediodía. Se sitúa desde los 3.200ºK hasta los 6.000ºK. La luz blanca no distorsiona los colores, por lo que es la más apta para las cocinas y baños. También es la idónea para la zona del comedor, ya que no afecta al color de la comida, que ya sabemos que la comida nos entra por los ojos.
A nadie le gusta comprarse un vestido amarillo y al salir a la calle darse cuenta de que es verde. Por ese motivo, la luz blanca es la más usada en los comercios también.
Fría
La luz fría es aquella cuya tonalidad tira a los azules. Es la idónea para tareas que requieran de un extra de atención; como, por ejemplo, leer, manipular alimentos sobre la encimera de la cocina, maquillarnos, etc.
Son también las que suelen emplearse en las oficinas, ya que mantienen alto el nivel de concentración y estimulan la actividad.
4. INTENSIDAD DE LA LUZ
Una vez que hemos decidido la ubicación de los puntos de luz, la dispersión que necesitamos y la temperatura de color óptima, llega el turno de calcular la intensidad de la luz. Es decir, la cantidad de luz necesaria para iluminar lo que necesitemos iluminar.
Hay varias unidades para medir la intensidad de la luz, aunque seguro que ya has oído hablar alguna vez antes de los lúmenes. Un lumen mide la cantidad de luz ambiental (flujo lumínico) proveniente de una fuente de luz. A mayor cantidad de lúmenes, más iluminado estará un espacio.
Reguladores de intensidad
Existen en el mercado reguladores de luz o dimmers con los que podemos atenuar o amplificar la intensidad de luz que queremos que reciba una estancia en un momento dado.
Instalarlos no solo nos puede suponer un ahorro energético considerable sino también la versatilidad de los espacios. Al poder manejar la intensidad de luz a nuestro antojo, un mismo espacio puede adaptarse a diferentes funciones o amoldar su ambiente a nuestras necesidades, ofreciéndonos un plus de confortabilidad.
5. FUENTES DE LUZ
Las fuentes de luz más usadas en nuestros hogares son cuatro: incandescentes, halógenas, fluorescentes y LEDs.
Incandescentes
Mucho ha avanzado, desde que se patentara en el 1880, la bombilla incandescente. Más eficiente y resistente que antaño, su bajo coste y buena reproducción del color hace que se sigan utilizando hoy en día. Aunque poco a poco van siendo sustituidas por halógenos y LEDs debido a su demostrada ineficiencia, su sobrecalentamiento y al hecho de que contienen gas argón.
Su mayor reclamo sigue siendo hoy su estética vintage; aunque el mercado está lleno de réplicas con filamentos de LEDs, mucho más eficientes, pero con una temperatura de color menos auténtica.
Halógenas
La necesidad de mejorar las bombillas incandescentes es lo que originó la creación de las bombillas halógenas, en las que es gas aditivo se sustituyó por un gas halógeno. Emiten una luz un 30% más blanca y brillante empleando menos potencia; por lo que son más eficientes. Aunque una de sus desventajas es que desperdician calor.
Fluorescentes
Iluminan de 4 a 6 veces más que una bombilla incandescente usando la misma potencia y no desperdician calor; por lo que el ahorro de energía es considerable. Además, proporciona una luz uniforme y es capaz de conseguir un amplio abanico de tonalidades. Una de sus desventajas más notables es el tiempo de espera del encendido.
LEDs
Los LEDs, poco a poco, se están haciendo con el mercado de la iluminación. Hay que tener en cuenta que no sirven para conseguir todo tipo de iluminaciones, aunque tienen innumerables ventajas que las sitúan a la cabeza: los LEDs son los que menos potencia necesitan para obtener la misma cantidad de luz y no emiten calor.
Además, duran hasta 100 veces más que una incandescente y tienen un funcionamiento más rápido que una halógena o un fluorescente.
6. TIPOS DE LUMINARIAS
Hay infinidad de modelos de lámparas en el mercado: de techo, de pared, de mesa, de pie, de suelo… Pero también en la elección de estos elementos tendremos que tener algunos detalles en cuenta.
Luminarias de techo: empotrables, perimetrales, carretes o colgantes
Estas luminarias son las fundamentales para crear una iluminación general. Como ya hemos visto antes, el número de ellas que necesites dependerá del tamaño de la habitación.
Si tienes techos bajos, lo mejor es iluminar con empotrables, pero si no tienes doble techo, los perimetrales y los carretes son tu mejor opción.
Además, si los orientas hacia la pared, conseguirás ampliar el espacio. El ojo humano siempre se dirige al punto más brillante; por lo que la luz reflejada de esta forma en la pared puede convertir un espacio pequeño en uno visualmente más amplio.
De esa misma manera, si colocas luminarias de suelo, la vista se fijará en el techo haciendo que éste parezca más alto.
Con techo bajos, las luminarias colgantes son desaconsejables porque harán que tu techo se vea más bajo aún.
Uno de los errores más habituales al elegir una lámpara colgante es fijarse solo en su estética. Si con ella queremos obtener una luz general, deberemos fijarnos en que el haz de luz salga también por la parte superior de la misma; sino el haz de luz saldrá solo por la parte de abajo y, al no rebotar en el techo, la mitad superior de la habitación estará a oscuras, convirtiendo el espacio en una cueva.
Si optamos por una luminaria de fibras naturales o caladas recuerda que la iluminación que generará se compondrá de luces y sombras, las que proyectan los huecos del entramado.
También nos encontramos a veces con espacios que nos piden una lámpara majestuosa a modo de pieza impactante para que, como decía la diseñadora Dorothy Draper, nuestros invitados tengan un tema de conversación.
Lámparas de pared o apliques
A la hora de elegir este tipo de luminaria tendrás que tener en cuenta para qué uso la vas a destinar. Si la vas a colocar a ambos lados de un espejo en el baño, el haz de luz deberá proyectarse hacia tu cara para no generar sombras.
En este sentido, también funcionan muy bien los espejos retroiluminados.
Si vas a usar los apliques en pasillos o escaleras fíjate bien si el haz de luz sale por la parte superior, por la parte inferior o por ambas. En el caso de que quieras colocar los apliques con proyección doble para iluminar escaleras, recuerda situarlos en alto, por encima de la vista; ya que si los ubicas a altura media la luz proyectada por la parte superior podría generar deslumbramiento al bajar por las escaleras.
Si complementas esta luz con iluminación desde el suelo, en cada peldaño, ¡proyecto redondo!
A veces, simplemente, un aplique bonito puede ser una escultura lumínica para dar valor artístico a cualquier rincón.
Lámparas de mesa
Las lámparas de mesa nos sirven tanto para crear ambiente como para iluminar tareas específicas, como leer. Como son elementos decorativos además de funcionales, deberemos cuidar en extremo su elección, teniendo en cuenta factores como el tamaño adecuado para el espacio al que va destinado. Una lámpara demasiado pequeña u otra sobredimensionada harán que la calidad del conjunto decorativo se vea empañado.
Lámparas de pie
Estas luminarias, al igual que las de mesa, tienen la doble función de decorar y ser útiles. Por lo tanto su estética debe estar cuidadosamente elegida.
Un factor a tener en cuenta sería medir bien el espacio donde queremos colocar la lámpara y tener en cuenta la medida de su pie. Las de tipo trípode puede necesitar bastante más espacio del que parece.
Las de focos direccionables orientadas a la pared o al techo se reflejan y generan una luz indirecta muy bonita que baña el espacio de forma muy agradable.
Luminarias de suelo
Son las que proyectan la luz de abajo a arriba, desde el suelo hacia el techo, o las que bañan el suelo. Consiguen un efecto dramático muy interesante.
Además, también se usan para marcar itinerarios tanto en el interior como en el exterior.
7. DEJA VOLAR TU IMAGINACIÓN
Por último, el mejor consejo que podemos darte es que dejes volar tu imaginación. El diseño de proyectos lumínicos es apasionante y ofrece un sinfín de posibilidades maravillosas. Así que sé curioso, busca y rebusca, lee y, sobre todo, déjate aconsejar por los profesionales que son los que mejor sabrán casar partido a tu espacio.
Si tienes un proyecto en mente, puedes ponerte en contacto con nosotros aquí. Y aquí puedes cotillear algunos de los modelos de lámparas de nuestro extenso catálogo.
8. ¡NO TE OLVIDES DE LA LUZ NATURAL!
Tanto hablar de iluminación no puede acabar sin hacer una mención a uno de los elementos más importantes en un espacio: la luz natural. Es, junto a los metros cuadrados, lo único que no podemos cambiar de una casa. Pero sí podemos potenciar la que nos entra ayudándonos de los reflejos: espejos, superficies reflectantes, acabados en colores neutros, solados barnizados, etc.
De la misma manera, también podemos tamizar la luz que entra si es excesiva mediante visillos y cortinas. Te hablamos extensamente de eso en nuestro post Las cortinas son para el verano. ¡Echa un ojo!
¿TE ATREVES A DISEÑAR TU PROYECTO LUMÍNICO?
¿CUÁL ES LA IDEA QUE MÁS TE HA GUSTADO?
¡CUÉNTANOS!
*Todas las fotos: Pexels y Pinterest.